La cita de hoy se encuentra en Lucas 2:1-21. Se nos cuenta la historia de cómo Dios envió a Jesus a nacer a este mundo. Es terriblemente triste notar que la gente de Belén no tuvo ni el tiempo ni el espacio para dar la bienvenida al Salvador del mundo. Todos estaban tan enfrascados en sus propios problemas y procurando su propio bien, que fallaron en notar que el Salvador del mundo estaba tan cerca de ellos.
Sin embargo, Dios no dejó pasar por alto el nacimiento de Su propio Hijo. La Biblia dice que a unos pastores en las afueras de la ciudad se les apareció un ángel de Dios que les dio la buena noticia del nacimiento de Jesus. Una vez hecho el anuncio, “muchos ángeles aparecieron en el cielo y alababan a Dios cantando, ‘¡Gloria a Dios en el cielo, y paz en la tierra para todos los que Dios ama!’” Y aquellos pastores fueron obedientes al mandato de ir a ver al niño y ser así testigos de un evento tan maravilloso.
Hoy en dia, Jesus ya no esta buscando nacer en una casa o en una posada. Ahora, El quiere nacer en nuestro corazón. Sin embargo, muchos nos comportamos como aquella gente de Belen. Nos enredamos tanto en las preocupaciones de esta vida que no le damos a Jesus ni el tiempo ni el lugar. Claro que nos emociona Su nacimiento. Desde luego que somos sensibles a Su venida. Pero no pasamos de eso. Si Jesus naciera en nuestro corazón, Su gloria nos inundaría al punto de que cantaramos Sus alabanzas y fueramos de un lugar a otro anunciando Sus maravillas. Creelo, cuando Jesus nazca en tu corazón, estas cosas sucederán…y muchas mas.
Sin embargo, Dios no dejó pasar por alto el nacimiento de Su propio Hijo. La Biblia dice que a unos pastores en las afueras de la ciudad se les apareció un ángel de Dios que les dio la buena noticia del nacimiento de Jesus. Una vez hecho el anuncio, “muchos ángeles aparecieron en el cielo y alababan a Dios cantando, ‘¡Gloria a Dios en el cielo, y paz en la tierra para todos los que Dios ama!’” Y aquellos pastores fueron obedientes al mandato de ir a ver al niño y ser así testigos de un evento tan maravilloso.
Hoy en dia, Jesus ya no esta buscando nacer en una casa o en una posada. Ahora, El quiere nacer en nuestro corazón. Sin embargo, muchos nos comportamos como aquella gente de Belen. Nos enredamos tanto en las preocupaciones de esta vida que no le damos a Jesus ni el tiempo ni el lugar. Claro que nos emociona Su nacimiento. Desde luego que somos sensibles a Su venida. Pero no pasamos de eso. Si Jesus naciera en nuestro corazón, Su gloria nos inundaría al punto de que cantaramos Sus alabanzas y fueramos de un lugar a otro anunciando Sus maravillas. Creelo, cuando Jesus nazca en tu corazón, estas cosas sucederán…y muchas mas.
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